En el concierto universal de las almas...

En el concierto universal de las almas
la mía tenía la densidad de mis culpas
pesaba tanto que terminó cayendo...

entonces mi mundo, el que construí,
se derrumbó, mis alegrías de forma
plástica se acomodaron sin problema
mis penas en llanto triste se tocaban
los moretones muy morados...

pero las culpas con un estruendo sordo
casi me sepultan, fue duro poder sacudir
los despojos que dolían... ¡y cómo!
mis ídolos terminaron en el piso rotos...
pensé ¡qué bueno ya no tengo estereotipos!
pues crean prejuicios...

volví a mirar a los otros, con ojos nuevos
sin preconceptos ni ideas anteriores...
tus ojos tienen ese brillo de la inocencia...
esa magia que existe en el universo
de los deseos infantiles, aquel que guardamos
celosamente en un castillo de cristal de roca...

no hay prejuicios sólo ese sentir
que hace que desde mi alma pasando
por mi corazón una sonrisa limpia
aflore en mis labios...

Volviendo a mi mundo que se haya
en ruinas... simplemente se acomodó
nuevamente como tantas otras veces
a lo largo de mi vida...
ordenaré lo que deba acomodar...
limpiaré los residuos...
un brillo esplendoroso
me ciega... mi alma...
se ha vuelto a elevar pues mis culpas
pesadas como lo son... quedaron donde deben
en el agujero lóbrego del infierno...
al cual pertenecen, llamado pasado...

con la alegría sané a las penas...
y el amor que jamás me dejó
porque nunca nos abandona...
me inyectó esa fuerza que se llama optimismo
así me levanté, sacudí el polvo del olvido...

respiré hondo ese aliento de paz
y con la cabeza en alto, la de la dignidad
me remangué las mangas y con mis brazos de ganas
reconstruiré mi mundo el cual gracias a mi experiencia
será mejor que los anteriores...
además se que cuando crees en ti mismo
no hay quien te venza aunque el camino
a recorrer sea el más solitario de todos...


Ariadna de Alejandría



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