Es el silencio de tu guitarra
lo que apena mi alma
y esa fuerza que nos dejaste
en tus melodías
es la que nos conmueve...
Hasta las lágrimas...
Que como gotas cristalinas
caen sin medida
humedeciendo mis mejillas...
Seguirás allí en tu música...
Esa guitarra que nos llenaba
el alma cada vez que la tocabas...
Esa pasión que no contenías
la que compartías con todos nosotros
simples mortales...
Estarás allí en las veredas parisinas
o teniendo aun el Blues
que nos dejaba sin aliento
ante la tristeza y la angustia...
En este tiempo de revoluciones
decidiste tomarte un descanso
espero que puedas encontrar en él,
esas melodías que como humanos
todos nosotros necesitamos...
Ariadna de alejandría
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