en un manto oscuro de soledades
que lloraban la incertidumbre
del existir...
Se extinguió el ser
en las profundidades del abismo
que el fascismo y la maldad traen...
Quisimos gritar
pero, ya, no teníamos garganta...
Quisimos pensar
pero, ya, no teníamos con qué...
El rumor del oleaje
de la humanidad que aun queda
nos trajo oxígeno
a este oxidado olvido
que nos prefiere muertos
pero los vivientes nos recuerdan...
por eso aun estamos vivos
aunque no tengamos cuerpo...
Ariadna de Alejandría
1 comentario:
Un abrazo a tu bella poesía desde azpeitia
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