Camino hacia ese punto en el horizonte
que una estrella guía
sobre el naufragio absoluto de mis días
que ya se han ido...
Remanso justo de una justicia ciega
que teme mirar y ver que el mundo
no es lo que sueña, pues, le aterra
saber que la crueldad, la vanalidad,
el desenfreno de lo vacuo, lo habita...
Y sigo caminando llevada por la fiebre
que quema mis entrañas queriendo
consumirme... consumirá mi carne
pero mi mente sigue tan fresca como viva...
Respiro ese calor que me invade
sin ser la fuente, la pasión, que no
he vivido...
Suspiro...
Queriendo en mi ensueño febril,
simplemente tenerte, sacándote,
de esos sueños que me devoran
despertándome...
que me devoran...
Buscándote...
Al despertar...
Ariadna de Alejandría
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