lunes, 29 de septiembre de 2008

Que el viento se lleve nuestros miedos...






Que el viento se lleve nuestros miedos
a donde ya no los sintamos...

Que los tragos amargos de nuestra existencia
las nubes negras del horizonte las hagan caer
como gotas de lluvia sobre el dolor
para que este se diluya con ellas en el desierto
de nuestro desconsuelo transformándolo
en tierra fértil de esperanza...

Qué tu luz como aquellos rayos de sol
transpasen la tormenta iluminándome
como lo haces desde hace tiempo
mi más tierno Amor...

Llena con tu ternura cada recoveco
de mi corazón...

Con la dulzura de tus labios besa
los míos hasta que se derritan
como la miel dulce de tu ser...


Ariadna De Alejandría